Amateur
- Rose Brancoli
- 25 may 2021
- 5 Min. de lectura
Ingeniero agrónomo, post grado, con su propia empresa de exportación de cítricos y paltas. Una delicia a cualquier paladar que le guste la fruta fresca, y esta era. Separado hace 6 meses, encontró en happn una forma de meterse al mercado de los solteros, por recomendación obvio.
Pasó la prueba del primer café de rigor, pasamos a las salidas. Pero no era fácil, yo con los tres niños a cuestas lo que significa que tus horas de happy hour están limitadas porque es la hora de las tareas, la comida, el baño y la acostada. Pero su interés en mi superó la situación, por lo que pasaba tipo 7:00 de la tarde a mi casa, me llamaba, y caminábamos por el barrio 40 minutos, no era tan terrible desaparecer por tan poco.
Era todo un caballero, o pretendía ser un dandi, demasiado forzado pero me gustaba así, que abriera la puerta del auto, que me escribiera para saludarme en las mañanas, medio día y tarde noche. Pero se notaba su falta de carrete nocturno y de estar en el mercado de los solteros. A veces era demasiado ingenuo o daba pasos inseguros, cómo recién explorando las relaciones. Al tiempo entendí que había estado casado 20 años y sólo había tenido sexo con su ex mujer, con quien se casó virgen. Así que él era como un extra virgen también, a los 45. Por lo que tomé secretamente la tarea de descartucharlo y dejarlo tiqui taca para que entrara en las pistas con la prestancia que se debe.
Al principio salíamos harto, a comer principalmente y siempre después de las 9:00, para dejar acostados a los niños. En la medida que fuimos conociéndonos más, se fueron alejando los restoranes y nos fuimos acercando a su departamento. Siempre tenía de todo y era excelente anfitrión. Escuchábamos música, conversábamos, teníamos sexo. Pero nos caíamos al vodka, por lo que siempre llegábamos embriagados a la cama. Creo que nunca llegamos sobrios. Y gran culpa de eso era mía, porque yo soy buena para tomar, y cuando tomo el resto se inspira y me siguen el paso. Y el cual pajarito caía suavemente en mis brazos.
Al pasar del tiempo el sexo fue cada vez más rico, fluido, yo ya conocía lo que le gustaba y él lo que a mi me gustaba. Esto es como las bolitas de nieve, mientras más tienes sexo con alguien que te gusta-y a mi me gustaba- más rico se va poniendo en el camino. Su manos cada vez estaban más expertas y nos aficionamos en la primera parte: el atraque, y así nos quedábamos pegados y pasaban las horas y no consumábamos los hechos porque nos gustaba estirarlo lo más posible, para llegar hiper horney a la cama y asegurarse que los dos nos íbamos a ir. Y nos íbamos, en general juntos.
Pero hay que tener ojo, porque tirando uno se enamora así que hay que tratar de mantener las distancias para cuidarse uno, y no quedar empelota en caso de que desaparezca después, porque acuérdate que lo conociste en happn, y no viene con recomendación, y hay que cuidar a la familia, porque desordenarse como adolescente por un mino y dejar a los cabros tirados, nada que ver y ya no corre a mi edad. No hay mino que lo valga, nunca.
Por lo que como buena estratega, y para engatusarlo más, y asegurarme su permanencia, empecé a moderar mis respuestas en el chat, ya no eran tan rápidas, pero siempre cariñosas. Lo mismo con las llamadas y la disposición a salir, por mi parte ya no hacía tantos esfuerzos como antes, ya no me acostaba a las 2:00 de la mañana un lunes, implanté el horario cenicienta, de 9:00 a 12:00 pm. Básicamente, la estrategia de la escasez, la que lo deja enganchado mientras menos me ves. De lo bueno poco.
Descubrí que me gustaba en serio, que se me estaba dando vuelta la tortilla y que no respetaba mis propias técnicas, pero ya está, no hace mal enamorarse y como dice Arjona “Al hacer el amor siente las mismas cosquillas que sintió hace mucho más de veinte”.
Yo lo invitaba poco a mi casa, sólo cuando no estaban los niños. Porque una vez invité a un tipo a mi casa, y estaban los niños durmiendo, y nunca se despiertan, exceptuando esa vez, que uno me fue a buscar al living para encontrarse cara a cara con mi amigo, desastre. Miró, o más bien escaneó literalmente desde sus pies hasta la cabeza, y en silencio volvió a su cama, no hubo comentarios post.
En la medida de que yo me iba enganchando, él se iba enrollando. Según declaraba, no estaba ni ahí con la ex, pero la verdad es que si estaba, y se le escapaba de apoco en comentarios, porque aun estaban haciendo el acuerdo de las lucas, las visitas, el antes vivía fuera de Santiago y ahora en Santiago por lo que tenía que viajar a buscar a los niños, y se empezaron a quedar en su casa y al final estos topes más el no haber hecho el duelo, cobraron la cuenta, pero a mi, porque el nunca se dio por aludido, siempre estuvo todo bien con su ex. De locos. Hay gente que no sabe que necesita hacerse ver, como él, que creía que terminar una relación de 20 años le permitiría salir invicto.
A su favor puedo decir que me ayudó harto, cambió bisagras de la cocina, podó todas las plantas, las desinfectó, me hizo una buena manito de gato al depto (y por que no decirlo, a mi también) y ahora cuando entraba a mi casa todo funcionaba y estaba bonito. Aire nuevo, genial.
Para mi cumpleaños, con su mayor esfuerzo y vergüenza, fue a Victoria Secret a comprarme algo. Pera un “no” lo superó, según me dijo después y termino en el body shop regalándome las típicas emulsiones para los baños de tina, jabón para las manos y shower gel. En todo caso no estaba nada de mal, pero muy poco creativo.
Todo estaba bien, o relativamente bien cuando una vez estábamos en su casa y le pregunto si tiene algo para amarrarme el pelo y saca una bolsa transparente con varios collets, elige uno y me dice, “el verde es el tuyo”.
Qué?!!!!. pensé. Me meto a la ducha con el collet verde, muda.
Atino a los 15 minutos. Salgo del baño y le digo, entonces, ¿de quién es collet rojo, el azul, y el amarillo?. No hubo respuesta, mas bien me dijo que era una mala broma. Pero ¿quién se cree para decirme eso? Yo que pensaba que estaba sacándole la virginidad al pobre, y el despachando minas por doquier. Hasta secador de pelo tenía, y eso que no tenía hijas mujeres. El spa en su casa.
Me fui y obviamente no lo volví a ver más, el me insistió un par de veces por Instagram, Whatsapp, y Happn, pero no me da el cuero para eso, para las moscas muertas. Porque después uno aprende con el tiempo, que ellos también tiene sus jugadas, y que no todo es lo que ves, también usan estrategias y la de él era hacerse el inexperto. Que bajo para mi caer ahí, a los 40, y que amateur soy por creerle.
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